En este caos apareció un mago que tenía la pócima de la sabiduría y pronunció unas palabras que ofrecieron un rayo de luz entre tanta penumbra:
“Usted gobierna porque tiene el poder por lo que sea y porque a mí no me compensa hacer una revolución sangrienta pero no cuenta con mi adhesión, ni con mi simpatía, ni con mi respeto”
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